Dra. Florencia Labombarda

Mini biografía

Investigadora independiente del CONICET y además docente de la Facultad de Medicina, UBA. Durante su carrera científica estudió el efecto de las hormonas sexuales en el SNC y actualmente desarrolla sus tareas de investigación en el Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME) del CONICET. Además es la fundadora de la plataforma de divulgación científica tomátelo con ciencia (@TomateloConCiencia) en Instagram y YouTube.

Disertación

“Del dimorfismo sexual al cerebro en mosaico. Nuevo marco conceptual para pensar el cerebro humano”

“From sexual dimorphism to the mosaic brain. New conceptual framework to think the human brain”

Resumen

La teoría organizacional y activacional describe la existencia de un dimorfismo sexual en el cerebro del Homo sapiens. Según esta teoría, el cerebro humano se presenta en dos versiones que son esencialmente diferentes desde el punto de vista anatómico, funcional y comportamental. El modelo sostiene que estas diferencias serían innatas dado que son producto de la concentración de testosterona embrionaria. La hormona sería la responsable de masculinizar el cerebro en los machos durante la etapa embrionaria y luego activar esos circuitos generando capacidades diferenciales entre machos y hembras. Como consecuencia, los cerebros masculinos poseen más habilidades visuoespaciales y una mayor conectividad dentro de cada hemisferio, mientras que los cerebros femeninos presentan una mayor conectividad entre hemisferios y mayores habilidades verbales. Este paradigma se ha dado a conocer por la divulgación científica a través de best sellers como “Los hombres son de marte y las mujeres de venus” o “Viva la diferencia”. Se ha instalado en la sociedad que hombres y mujeres tienen capacidades cerebrales complementarias, que perpetúan los estereotipos de género: las mujeres están más preparadas para las tareas de cuidado y los hombres para las tareas espaciales y matemáticas. A partir del siglo XXI surgieron varias críticas contra el modelo del dimorfismo sexual señalando su carácter esencialista y determinista. En este contexto, surge un nuevo modelo del cerebro humano, denominado cerebro en mosaico. Este modelo sostiene la existencia de un cerebro que encarna las experiencias vividas y las influencias ambientales, rompiendo de manera radical las cadenas del esencialismo biológico.